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Qué gesto más expresivo es el del Sr. Presidente en el momento de dar la conferencia sobre el asesinato del candidato del PRI por Tamaulipas a unas cuantas horas de su triunfo en las elecciones del próximo domingo. El destino nos ha alcanzado y ahora esto es lo más normal en la vida política de México, un Estado fallido, puesto que no puede cumplir con las obligaciones mínimas del Estado.
Esta es la situación a la que hemos llegado a raíz de la guerra al narcotráfico en que los mexicanos hemos sido metidos aunque ahora se le quiera cambiar nombre y llamarle combate por la seguridad. Ciertamente no somos partidarios del PRI y tampoco del PRD; mucho menos del PAN. Pero el asesinato en política es la negación misma de la ´política. Estamos de regreso en 1994. Peor.
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