viernes, mayo 23, 2008

CUANDO UN AMIGO SE VA


La noche anterior al día de su muerte, Lalo le dijo a su hijo “Marlon, mañana tenemos mucho trabajo”. Lo hizo con ese gesto normal de las personas que viven entregadas a su trabajo, que se fijan metas, que quieren cumplirlas a pesar de los obstáculos.

Ahora que está muerto es vox populi que “Lalo era chambeador”, “incansable”. En el homenaje póstumo que se le rindió en la Casa de la Cultura el Presidente Brito lo dijo muy claramente y todos los presentes convinimos en que era verdad: Lalo llevó la Casa de la Cultura de Atoyac a niveles muy altos en el Estado. Nunca la Cultura Municipal dio problemas del tipo del que se dieron en la Administración Brito. Nunca fue problema; en cambio, siempre fue parte de la solución. Esto le fue reconocido por el Lic. Pedro Brito García a Eduardo Valderrama Orduño, su Director de la Casa de la Cultura. Y yo creo que Brito se lo reconoció más de una vez en privado porque El Licenciado no regatea a nadie el reconocimiento. Me dijo el Licenciado que eso ocurrió cuando Valderrama le informó del ranking de nuestra Casa de la Cultura a nivel Estado.

Pero que bueno hubiera sido un reconocimiento a Valderrama en público, sencillo, a la hora del homenaje: una mención a su estilo discreto y efectivo de trabajo.

Conocí a Valderrama en la Administración de Germán. El Presidente Germán (qepd) reconoció el esfuerzo de Valderrama y le apoyó. Con poquito pero le apoyó. Allí iniciamos nuestra relación de amistad.

Yo ya lo conocía. ¿Quién de Atoyac no conoce al Valderrama que puso un negocio de venta de artículos electrónicos, de muebles, de perifoneo, de los Beatles, del Rock en el Auditorio Municipal?

Valderrama fue chambeador, incansable, le tiró a muchas cosas. En muchas fracasó. PERO NUNCA SE RINDIO. Cuando estaba en auge la tijera recortadora de personal, Lalo ya tenía medio en broma una alternativa: iba a vender hotdogs enfrente del Ayuntamiento si lo daban de baja.

En lo personal tuvimos pláticas sencillas pero bien valiosas. Me acuerdo que yo quería cantar en mi iglesia una canción titulada “qué sería de mí” y no tenía los acordes para la guitarra. Le pedí a Lalo que me los enseñara pero fuimos más lejos: me grabó en un cd la pista de la canción con su órgano. Así pude cantarla en un servicio religioso. En otra ocasión, en la boda de mi hija Sonia Esmeralda, me apoyó con el audio en la iglesia y el sonido en la recepción.

Hoy (17 de mayo) tuve una plática con Doña Nelva, su esposa, y Marlon su hijo. Hablamos de la necesidad de dejar ir a nuestros seres queridos cuando han partido de esta tierra de los vivientes. Para Doña Nelva eso es necesario tanto por su propia salud como por la congoja que provoca en su hijo que tiene que volver a su lugar en donde trabaja. A Marlo le queda la satisfacción de que cuando su padre estaba sano, le pudo decir que lo amaba. Y eso es lo más importante en este Valle de Lágrimas: en vida, decirle a nuestros seres queridos que los queremos.

La angustia se define como la negación de los sentidos a aceptar la información que están transmitiéndonos nuestros sentidos del oído y la vista. Vemos un cadáver y sabemos que ha fallecido pero algo en nuestro cerebro se niega a aceptar esa información y entonces se produce la angustia, el llanto que se convierte en grito, en la falta de aire. Por ello, ente más pronto asimilemos la información que la realidad nos provee, más pronto superaremos la angustia.
Lalo se ha ido. No está más con nosotros.

Doña Nelva andaba iniciando sus labores del día cuando oyó que su hijo gritó. Su nuera bajó corriendo las gradas, se cayó y se lastimó. Y Lalo estaba con las manos encogidas sobre el pecho y emitiendo dificultosos sonidos. Era un infarto. El derrame cerebral llegó después y la muerte total como a las 6 y media en Acapulco.

Hoy platiqué con Doña Nelva y le platiqué la anécdota de cuando Lalo organizó un evento de Rock viejito en el auditorio. Fuimos muchos que nos gusta esa música. Y la verdad es que las primeras rolas no salieron muy bien así que se notó un desencanto. Yo creo que Lalo se enojó porque dijo desde el micrófono “¿pues que querían por 15 pesos?”. Porque esa había sido la cooperación para los gastos del evento. Reímos un poco con Doña Nelva y Marlon. La vida tiene que seguir.

Cuando un amigo se va,
Queda un espacio vacío
,Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo.
(Alberto Cortez)
(La foto me fue proporcionada por Maribel, de la Dirección de Comunicación Social del H. Ayuntamiento a cargo del Lic. Ruben Castro Arellano).

No hay comentarios.: