jueves, junio 28, 2012

En la casa de Armando Bello

Bello

Sentado enfrente del portón de la casa de Bello tenía la esperanza de que llegara el Señor. El guarura me había dicho que no estaba y como el que tiene hambre atiza a olla me puse a esperar. Pero quizá Bello me vio desde su ventana porque vino otro guardia a abrir la ´puerta y me dijo que pasara. Entré nervioso a la casa de Carlos Armando Bello Gómez, Presidente Electo. Recién habían pasado las votaciones y había ganado la presidencia Municipal.

Subí por la escalera exterior y ya en la Sala frente al Señor, fiel a mi costumbre, decidí encarar el asunto de inmediato: “Contador…..” y le planteé mi asunto. Solicitaba que Armando Bello revisara mi currículum y en caso que le pareciera correcto me permitiera continuar laborando en el Ayuntamiento; ofrecía mi experiencia en la Tesorería y en Contabilidad, había servido a los tesoreros de las cinco administraciones anteriores y me creía capacitado para ayudarle a él también.

Mientras hablaba, él revisaba los papeles que le llevé y luego hice silencio para que diera su respuesta. En ese silencio que se hizo me sentí tentado a deprimirme por mi situación: yo era de base, no tendría que estar pidiendo trabajo. Pedro Brito me había basificado. ¿Entonces? El Presidente sustituto, Pedro García, desconoció la basificación y no se concretó.

Unos días antes, en plena campaña, el candidato Armando Bello hizo visitas domiciliarias y pasó por la casa de mi padre. Allí mi Apá le pidió que cuando fuera presidente le regalara dos muletas. El candidato inmediatamente dio instrucciones a su equipo de apoyo. Cuando Bello salía de la casa para continuar su recorrido llegó la gente con las muletas. A mi Apá se le llenó la cara de alegría y nosotros los familiares no lo podíamos creer. Ya estaba concedida la petición y allí estaban las muletas. Esa tarde decidimos en la familia que el día de la votación lo haríamos por el PRD, por Armando Bello. Ahora el Señor me dijo “No se preocupe, Don Chava; usted trabajará en mi administración.” Salí satisfecho de su casa.

El día que tomó posesión llegó la gente de Bello y se apropió de la administración. Era una escena que ya había visto varias veces: los nuevos llegan con ímpetu, con entusiasmo; los anteriores están temerosos, en la incertidumbre de si serán o no aceptados. Muchos no esperan y ya no se presentan, se dan por despedidos. Pero los necesitados no tienen otra que esperar, angustiados pero esperar.

Armando Bello me dejó laborar en su administración, no me corrió. Ciertamente el tesorero nuevo Wilbert tampoco me dio tarea alguna: todo 2009 me lo eché sin hacer nada, no se me asignaba ninguna tarea. Supongo que por desconfianza. Finalmente a principios de 2010 Wilbert me pidió que auxiliara al área de ingresos y yo feliz porque volvía a trabajar en lo mío, la contabilidad.

Me puse a escribir esto porque en estas fechas se realizará la elección municipal para sustituir a Armando Bello. Antes de eso recorrí mentalmente mi relación con este Presidente y obtuve algunos puntos destacables:

Armando Bello no me corrió al tomar posesión.

Cuando recortó los sueldos y me bajó más de la mitad yo puse una demanda contra su Administración. Bello recibió esa notificación y no me corrió, me permitió continuar cobrando aunque fuera la mitad del salario.

Cuando mi situación económica hizo crisis fui a verlo de nuevo a su casa y le pedí un préstamo de tipo personal. Sin problemas buscó el dinero y me prestó 3 mil pesos que todavía le debo.

Por la misma situación de crisis económica acudí a él y le pedí considerar una oportunidad para que mis hijas laboraran allí y me ayudaran con el gasto. Actualmente mis dos hijas laboran en el Ayuntamiento. Con poco sueldo, sí, pero son una ayuda.

Cuando me operaron de los ojos, Bello autorizó un préstamo institucional por diez mil pesos para mi operación.

Al ver todo eso me digo que la Administración de Bello ha sido buena conmigo. Uno no puede ser tan ingrato y no reconocer toda esa ayuda. Yo no soy un juzgador de la Administración de Armando Bello. Ciertamente me considero un analista político y siendo Bello un político es también objeto de análisis. Todos los favores que Bello me dio no cubrirán los desaciertos que haya podido tener su gestión municipal. Pero estoy decidido a que las cosas malas en que haya incurrido tampoco impedirán que exprese mi agradecimiento.

El Presidente Carlos Armando Bello Gómez siempre tendra mi sincero agradecimiento y reconocimiento y jamás me arrepentiré de haber votado por él en 2008.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay un dicho popular que dice "Cada quien habla de como le fue en la Feria".

Ciertamente usted le esta agradecido a Armando Bello porque en lo personal "lo trato bien", le dio unas muletas a su papá y con eso se gano el "voto" de toda su familia, no juzgo porque esperar a que un candidato regale algo que se pudo hacer el esfuerzo y comprarlo uno mismo en fin.

Cuando uno esta desempleado, es real que solemos hasta humillarnos para obtener el trabajo, a usted se lo dieron, sin embargo me intriga algo ¿Como pudo estar un años sin hacer NADA?¿Como se sentía cobrar un sueldo por estar ahí sentado sin ejercer lo que tanto le apasiona?, por lo que entiendo usted es contador, cuando me he encontrado en una situación similar pero no igual, no me siento satisfecho con mi persona, no me siento realizado, me siento inútil.

Cuando un trabajo se vuelve denigrante no tenemos porque denigrarnos con el, posiblemente su necesidad económica era mucho y eso no le permitía buscar una mejor oportunidad o simplemente quería seguir ahí, donde siempre ha estado. El H.ayuntamiento no es la salvación de la gente, ni tampoco es la única fuente de empleo. A usted y a su familia les fue bien con la gestión de este señor, pero ¿Se ha preguntado como le fue a su pueblo? ¿Como le fue a la mayoría de las personas que no viven de trabajar ahí?, ¿Atoyac creció, evoluciono? Yo, no sabría decirlo, eso usted que trabajo tan de cerca con Armando Bello lo puede decir.

Saludos cordiales.

Chava Ruiz dijo...

Gracias, Anònimo, por leer el blog y dejar tu comentario. Hubieras pusto tu nombre y tu direcciòn electrònica para iniciar un contacto cibernètico amistoso. Gracias, de todos modos. Es muy valiosa tu opiniòn y muy cierta.