miércoles, mayo 14, 2014

Raúl Brito Vanzini

      Atoyac Nuestro pueblo le debe mucho a mucha gente atoyaquense que se ha distinguido por sus aportaciones. Hay muchos ilustres nativos de la región a las que Atoyac les debe no solo en el ámbito cultural sino en el avance infraestructural, en su desarrollo.

     Pero en esta ocasión me refiero a gente que no es de Atoyac y sin embargo han dado lo mejor de sus vidas a este terruño. Hay muchos: pero nombrarlos aquí sería injusto porque el espacio es pequeño y algunos no vendrían a mi memoria ya presa de muchos olvidos. Ellos han dejado sus lugares y han venido a vivir entre nosotros dándonos lo mejor de sus vidas en ejemplo, infraestructura, cultura y más.

     Específicamente  quiero hablar hoy de Raúl Brito Vanzzini. Hace algunos meses lo encontré en Plaza Las Fuentes y me le acerqué aprovechando la confianza que tengo con sus hijos.  A pesar de la distancia social que nos separa él condescendió amablemente a saludarme y a platicar un rato conmigo. Ya entrados en el calor de la plática, le pedí que una tarde me regalara unos minutos para charlar sobre él y aceptó. Lo que sigue es un resumen de lo que viene a mi memoria de aquella plática en su casa de Av. Juan Álvarez, arriba de donde era la Singer.

Raúl Brito Vanzzini llegó a Atoyac como trabajador de la superior, vendía cervezas y otros productos de la empresa. Es originario de Puebla en donde nació en el año de 1927. Entró a la superior en Acapulco y luego lo trasladaron a Atoyac. Acá se dedicó al negocio y lo hizo con tal enjundia y ánimo que pronto superó las metas de ventas que la empresa tenía para esta región.

     Después, como debemos hacerlo todos los que trabajamos para alguien, se independizó: corrió los riesgos necesarios y se dedicó a vender por su cuenta. Eso es muy duro porque ni tiene uno dinero y si las cosas no se dan se queda uno peor que cuando trabajaba para alguien. El Sr. Varzini corrió los riesgos pero triunfó. Las gentes de Atoyac ya grandes, viejitos, deben recordar al Raúl de aquel tiempo cómo se afanaba en su trabajo.

Para suerte nuestra, conoció aquí a una atoyaquense también de energía, la Sra. Lucrecia García. Ella fue una digna compañera de trabajo y aunque los García siempre han sido de un nivel de vida superior al promedio atoyaquense, ella sufrió penurias por acompañar al Sr. Raúl en su odisea por los negocios.
Me imagino aquellos días en que don Raúl y Doña Lucrecia andaban en el esfuerzo de las ventas de cerveza, refresco, gas, estufas, bajo sol y bajo lluvia. Años de esfuerzo duro. Me lo imagino porque en mi juventud fui vendedor de Superior, Cocacola y Pepsicola, manejando camiones en la sierra y en caminos no muy buenos.

Un día Brito salió a explorar oportunidades fuera del municipio  y la oportunidad se presentó:  vender gasolina. Si algo tiene Don Raúl es la visión para los negocios. Esto que he platicado es una muestra pero los atoyaquenses lo vemos todos los días: las gasolineras, la alberca, Plaza Las Fuentes, etc..  Don Raúl decidió nuevamente correr el riesgo y puso el pequeño capital que había acumulado para adquirir los terrenos y el equipo para empezar el negocio de la gasolina.

     Alguien le dijo en aquel tiempo: “Raúl, tu llegaste con un trapo adelante y uno atrás”. Sin nada, pues, le quería decir ese amigo en tono de desprecio. Y sí, dice don Raúl: “llegué como un trabajador cualquiera; le eché ganas e inteligencia y aquí voy; el secreto es ése: trabajo e inteligencia”.

     Don Raúl y Doña Lucrecia procrearon cinco hijos: Raúl, Elizabeth, Ricardo, Melchor y Pedro. Todos ellos herederos de la visión de negocios que tienen sus padres y que me han distinguido dándome su amistad.

Don Raúl Brito Vanzzini es una de esas personas a las que me refiero al principio de este trabajo: No es de Atoyac pero desde su juventud ha trabajado en este pueblo, le ha dado espacios de infraestructura muy importantes, sus empresas han sido y son  fuente de empleo para muchos atoyaquenses y ha sido generoso con la ciudad. Por ejemplo donó los terrenos donde ahora está el Cbtis y la secundaria Técnica, el Kinder de la Colonia Insurgentes. Abrió el primer balneario en Atoyac (La Fontana), La Gasolinera Atoyac ha dado empleo a muchísimos atoyaquenses, sus hijos han continuado su ejemplo de invertir en Atoyac.

     Qué tarde maravillosa me pasé platicando con Don Raúl; se nos fue el tiempo porque su vida es una aventura de trabajos que tuvo que pasar, esfuerzos y obstáculos que superar y finalmente allí está el fruto de su trabajo: una infraestructura moderna y una familia que lejos de renegar del pueblo, se esmeran en dar lo mejor de sí mismos en bien de su municipio.

     Ahora don Raúl está un poco enfermo. Espero que lea este recuerdo y le envío un saludo afectuoso y mis mejores deseos para que pronto se restablezca y continúe con su vida de lucha.
La imagen fue tomada de Google Maps

1 comentario:

Chava Ruiz dijo...

COMENTARIO DE PEDRO BRITO

Nada mas corrección: VANZZINI. Y primero fue una huerta en Coyuquilla y con la venta de esta. Nacio. Gas de costa Grande, posteriormente la gasolineria servicio Atoyac etc.